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PULVERIZACIÓN EN CULTIVOS BAJOS Y CON ESCASO DESARROLLO FOLIAR PULVERIZADORES HIDRÁULICOS

Pulverizadores hidráulicos

INTRODUCCIÓN

 

Con pulverizadores hidráulicos de barras horizontales se pueden efectuar la mayoría de los tratamientos necesarios en los cultivos bajo, que son considerados habitualmente  “extensivos”.

Son las barras porta boquillas y las boquillas las que garantizan una buena distribución “superficial “, de manera que se puedan realizar aplicación de los siguiente tipos:

Herbicidas:

  • De pre siembra con la incorporación del producto.
  • Selectivos residuales que actúan sobre las raíces de las malas hierbas.
  • Selectivos de pos emergencia sistémicos o de contacto.
  • No selectivos de acción sistemática o por contacto.

Insecticidas y fungicidas:

  • Para aplicar sobre la línea de siembra en las primeras fases.
  • Para aplicar con el cultivo más desarrollado.

En cada caso se deben seguir las instrucciones de empleo de los distintos productos fitosanitarios, utilizando los tipos de boquillas y las presiones de trabajo que en ellos se recomienden.

De ellos forman parte unos elementos comunes a cualquier tipo de pulverizador hidráulico, como bombas, conducciones, depósito, grifería, etc… adaptados para suministrar  el caudal de líquido a las boquillas situadas en conducciones que deben mantenerse generalmente paralelas a la superficie d tratamiento.

Las exigencias básicas  de los componentes se pueden resumir como sigue:

  • Depósito resistente, fácil de limpiar (preferentemente de materiales plásticos)
  • Bombas que aseguren la impulsión con independencia de la presión de trabajo (de pistón o de pistón-membrana)
  • Sistema de regulación proporcional al avance (CPA) (al menos un sistema de regulación por retorno proporcional CPM).
  • Sistema de barras portaboquillas robusto y estable, con dispositivo que mantenga la horizontalidad con respecto al suelo si se superan los 12 m de anchura de trabajo.
  • Filtros escalonados y con mallas apropiadas para el tipo de boquillas que se utilizan.
  • Boquillas en buen estado y adecuadas al tipo de aplicación.

Las normas UNE-EN 907 “Pulverizadores y distribuidores de fertilizantes líquidos. Seguridad” establece lo requisitos mínimos de un equipo de aplicación para cumplir lo que establece la Directiva de “seguridad en las máquinas”.

Al tratarse de una “norma armonizada”, su cumplimiento por parte del fabricante le da presunción de conformidad  con la Directiva.

 La norma UNE-EN 12 761 “Pulverización y distribución de fertilizantes líquidos. Protección  ambiental” establece los requisitos para una aplicación respetuosa con el medio ambiente. No es de obligatorio cumplimiento, pero sus principios sirven de referencia en los Códigos de Buenas Prácticas Agrícolas y se toman en consideración para “Certificar las características” de los equipos y para el “Control periódico” de su estado de conservación.

Seguidamente se analizan las características correspondientes a lo componentes y al equipo en su conjunto comenzando por las boquillas.

BOQUILLAS DE PULVRIZACIÓN HIDRÁULICA

 

Las boquillas son los elementos encargados de la formación de gotas. El diseño de las mismas modifica substancialmente las gotas producidas, tanto en cuanto a su diámetro como en la forma del chorro que se proyecta; utilizando la boquilla más adecuada se consiguen ventajas importantes por las mejoras que ello conlleva para la eficacia del tratamiento.

Tipos constructivos

A) De turbulencia o cónicas (cono hueco y cono lleno)

La finura de la población de gotas formada, en comparación con otros tipos de boquillas, hace que sean recomendadas cuando se busca fuerte penetración y cobertura densa sobre el vegetal.

B) De hendidura, abanico o chorro plano

Proporcionan generalmente gotas de tipo medio, con presiones entre 2 y 4 bar. El perfil superficial de distribución de líquido es generalmente triangular, por lo que para conseguir una cobertura uniforme se recomienda el solapamiento de los chorros.

C) Deflectoras, de choque o de espejo.

Dan gotas gruesas de baja deriva y tradicionalmente se han vendido aconsejando para tratamiento sobre suelo desnudo con abonos líquidos, o para herbicidas de acción sistemática en bajo volumen de agua.   

Perfiles de distribución

Las diferencias más significativas entre estos tipos de boquillas, desde el punto de vista de su utilización, con sus perfiles de distribución volumétrica.

  • Las boquillas de abanico plano dan generalmente un perfil de distribución  trapezoidal o triangular, por lo que se utilizan para la aplicación de herbicidas con el conveniente solapamiento en los chorros;
  • Las cónicas (cono hueco) dan una distribución irregular, con un mínimo en las zona central y dos máximos en los extremos, y son las recomendadas para aplicar insecticidas y fungicidas;
  • Los deflectoras dan una distribución bastante uniforme  en toda la anchura de esparcido, con una ligera disminución progresiva del centro hacia los lados en algunos boquillas de diseño reciente. Se recomiendan para aplicar  algunos herbicidas de acción sistemática como el glifosato.

Para el caso de las boquillas de abanico plano, realizando el conveniente solapamiento entre los chorros de las boquillas contiguas, se consigue una distribución muy uniforme.

El solapamiento de los chorros de pulverización en las boquillas cónicas de chorro hueco, generalmente produce mayor irregularidad de la distribución.

El solapamiento recomendado estará en función del ángulo de abertura y del perfil de distribución de la boquilla. La mayoría de los fabricantes, para boquillas de abanico situadas a 50 cm entre sí, recomiendan una altura de trabajo entre 0,45 y 0,50 cm.

El incremento de la presión de trabajo de la boquilla  modifica el ángulo de abertura de la misma, por lao que no es recomendable superar los valores de presión aconsejados por el fabricante de las boquillas.

Tamaño de las gotas

Además de por su perfil de distribución volumétrica, la boquilla se caracteriza por las gotas de distinto tamaño que proporciona. Se modifican con la presión de trabajo a la vez que lo hace el caudal y la velocidad de salida del líquido pulverizado.

Para cualquier boquilla, el caudal aumenta con la raíz cuadrada de la presión, al igual que la velocidad de salida de las gotas, mientras que la dimensión media de las gotas formadas disminuye en la misma proporción. Esto no quiere decir que todas las gotas sean iguales; el 50% de las gotas pequeñas contienen menos del 5% del líquido pulverizado y solo el 10% de las gotas más grandes se llevan más del 50% de la pulverización.

Actualmente se comercializan boquillas conocidas como de “baja deriva”, especialmente desarrolladas para las aplicaciones en bajo volumen o para trabajos en condiciones atmosféricas desfavorables.

Boquillas de inyección de aire


Se encuentran en el mercado unas boquillas para pulverización hidráulica que introducen cierta cantidad de aire en el circuito de líquido, antes de llegar a lo que puede considerarse como la boquilla "convencional", utilizando un sistema Venturi en combinación con orificios calibrados.

El objetivo de esta entrada de aire es el de producir una modificación en el tamaño de las gotas pulverizadas,  ya que incluyen en su interior una cantidad de aire en forma de burbujas,  lo  que permite controlar la deriva, sin aumentar el volumen de caldo pulverizado por unidad de superficie. Pueden sustituir ventajosamente a las boquillas de chorro plano para aplicar, especialmente herbicidas, en condiciones atmosféricas desfavorables (muy baja deriva).

 

 

 

 

Calibre de las boquillas


El tamaño de la boquilla viene definido por el caudal que proporciona la presión de referencia. Se encuentra disponible una Norma Internacional sobre la base de unos códigos de color.


En la citada norma se establece que las boquillas deben tener, cuando trabajan a 3 bar de presión, las siguientes coloraciones en función de su caudal nominal (se admiten desviaciones del ±5% respecto a los caudales nominales, pero se exige, en principio, que todas las boquillas de la “serie" estén en el rango del ±5% del caudal nominal):

Esto permite que se pueden considerar dentro de la misma categoría
de color las boquillas que tengan un caudal nominal del ±5%. Por el momento no todos los fabricantes utilizan los colores normalizados, por lo que es conveniente disponer de los catálogos comerciales de los fabricantes que ayuden en la selección del tipo de boquilla.

Color

Naranja

Verde

Amarillo

Azul

Rojo

Marrón

Gris

Blanco

Caudal nominal (L/min)

0.4

0.6

1.2

1.6

2.0

2.4

2.4

3.2

 

 

 

 

 

 Selección del calibre apropiado

Selección del calibre apropiado. Para seleccionar la boquilla que se necesita, utilizando un catálogo de boquillas, se debe buscar la que proporcione el caudal más próximo al calculado para la presión a la que se va a trabajar. El caudal de salida, en L/min, por boquilla para conseguir un determinado volumen se calcula por la expresión:

q= (Q x V x D)/600

 Donde:

q= Caudal por boquilla (L/min)

Q= Volumen de aplicación (L/ha)

V= Velocidad real de trabajo (km/h)

D= Separación entre boquillas (metros)

 

Así, para aplicar un producto, a razón de 200 L/ha de volumen de caldo, una velocidad de 6 km/h, con 0.50 m de separación entre boquillas, se tendría: 

q= (200 x 6 x 0,5)/600

Como norma general se recomienda que las velocidades de trabajo no superen los 6-8 km/h para aplicaciones sobre cultivos en línea.

La presión elegida para seleccionar el calibre de la boquilla estará en función del tipo de pulverización recomendada (fina, media o gruesa), que dependerá del producto aplicado de las condiciones atmosféricas del momento.

Desgaste de las boquillas


Las boquillas se desgastan con el uso, aumentando el caudal que proporcionan para la misma presión y modificándose el espectro de gotas producidas, por lo que se deben cambiar cuando esto suceda.

El desgaste depende del tipo de producto y de las condiciones en que se realiza la aplicación, interviniendo en el mismo la abrasión que produce en los materiales que atraviesan la boquilla y la presión de trabajo.

• Las boquillas de material cerámico son las más resistentes, seguidas de las de material sintético de calidad; en estas últimas, en los comienzos de la prueba de desgaste, se produce una reducción del caudal de salida (deformación inicial del orificio), siguiendo posteriormente un desgaste más rápido que el de las boquillas de cerámica.

• Las boquillas de metal y las de acero no templado sufren desgaste, para las mismas condiciones, mucho más intensos.

 • No se debe admitir el empleo de boquillas sin "marca" y de materiales que sufren un desgaste rápido, como el latón; se recomiendan las de material cerámico, plásticos endurecidos y acero templado, más aún cuando se utilizan agroquímicos abrasivos, o se trabaja con altas presiones.

• Para evitar los efectos negativos que se producen al pulverizar con boquillas desgastadas es necesaria una verificación periódica de su estado (al menos al comienzo de la campaña o cada 100 ha de cultivo tratado) y la sustitución en el momento en que el desgaste pueda afectar a la calidad de la pulverización.

• Un aumento del caudal del líquido pulverizado por la boquilla entre el 10 y el 15% (según el volumen que se utilice) es señal suficiente para su sustitución. Como se indicó anteriormente, en boquillas nuevas no se debe admitir una dispersión de caudal en el lote que supere el ± 5% para la presión nominal.

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